jueves, 5 de junio de 2008

LAS CARMELITAS DESCALZAS


Las Carmelitas contemplativas vivimos con humilde agradecimiento la certeza de nuestra misión en la Iglesia: Dar testimonio de la “ primacía de Dios” (Juan Pablo II), pues la vida de la Carmelita es un vivir en obsequio de Jesucristo permaneciendo en su presencia en un clima de fraternidad.
“ Plega a Su Majestad que nos de abundantemente su gracia para que no se pierda tan gran principio [pues que en cada una de nosotras] torna a comenzar esta primera Regla de la Orden de la Virgen nuestra Señora” (F. 27,11)
Cada Carmelita es una expresión de la Regla y en nosotras sigue cobrando fuerza y actualidad, tenemos una norma de vida que abarca la totalidad de la persona, y al mismo tiempo nos llama a dar mas, a “ rebasar el estricto cumplimiento” (Rc. VI,24) nosotras la vivimos en una intensa vida de oración y silencio “encerradas pelemos por Él”, nos sentimos Hijas de la Iglesia y creemos que nuestra vida puede ser luz que llegue hasta el confín de la tierra “Un solo acto de amor, hace mas bien a la Iglesia, que todas las obras juntas”(Dichos de luz y amor )
Somos “ portadores de luz” (Benedicto XVI), viviendo con fidelidad nuestra vocación de Carmelitas, “tenemos una gran herencia que transmitir, somos cimientos de los que están por venir.
De nada sirve decir a las nuevas generaciones grandes cosas sobre la Regla, si para nosotras no es una norma de vida, “un proyecto común”, nuestra Regla “es un buen camino de santidad ¡A recorredlo!”.
La Reina y hermosura del Carmelo, haga florecer “Su Viña” Florida con abundantes y santas vocaciones.

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