sábado, 28 de junio de 2008

Grados De Oración Teresiana

Grados de Oración Teresiana
La Oración Teresiana resulta de algún modo muy sugestiva para el hombre de hoy, que es un ser sociable y que necesita desarrollar constantemente su tendencia hacia los otros y en especial hacia el Ser de Dios.
Nuestra Santa Madre Teresa de Jesús, de Avila, doctora de la Iglesia y Maestra espiritual nos ha entregado por medio de la comparación de un huerto, altísimas enseñanzas acerca de la oración contemplativa. El alma es aquel huerto en el que Dios desea depositar las buenas semillas. Pero, para que estas produzcan el fruto deseado es necesario que el alma se deje guiar por el Divino hortelano y reciba de él, el agua de la Gracia; es decir, las cuatro maneras de regar el huerto del alma:
Primer Grado
El que empieza a hacer oración es como el que saca agua de un pozo para regar un huerto árido y lleno de malezas, necesita mucho esfuerzo para conseguir que broten las flores y fructifiquen las virtudes que enseña Jesucristo.
Segundo Grado
En este grado, disminuye el trabajo del alma y aumenta el auxilio de lo alto con lo cual el huerto del alma empieza a cubrirse de verdor para dar después abundantes y exquisitos frutos de santidad.
Tercer grado
Ya casi el Divino hortelano es quien trabaja. Como es dueño del agua de la gracia la da abundantemente y con ella crecen las flores y maduran los frutos de la virtud, con los cuales se nutre y se regala el alma.
Cuarto Grado
El alma se olvida de sí para darse del todo a Dios. El agua de la gracia cae sobre el huerto a manera de lluvia benéfica, los frutos de las virtudes llegan a su madurez y el alma siente la necesidad de dar a los demás la excelencia de su don.
Esta experiencia de oración es para el hombre que quiera
penetrar los insondables misterios de Dios, por medio de la contemplación silenciosa de los mismos a través de un encuentro cercano y amigable con nuestro Maestro Jesús en el Evangelio.

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