martes, 16 de noviembre de 2010

La Santidad consiste en....

"El más santo es el más amante. Es quien más contempla a Dios y satisface más plenamente las necesidades de su mirada"......"Al que busca y gusta a Dios en todo, nadie puede impedirle permanecer solitario entre la multitud". "No se deja vencer por las cosas cambiantes, tiene la mirada simple e inalterable ante las imágenes mutables pues pasa por encima de ellas teniendo los ojos fijos en Dios".

viernes, 12 de noviembre de 2010

Un mensajes para los Jóvenes

Un mensaje para los jóvenes
A nosotros, nos toca hoy seguir el ejemplo de los apóstoles, conociendo al Señor cada día más y dando un testimonio claro y valiente de su Evangelio. No hay mayor tesoro que podamos ofrecer a nuestros contemporáneos.
Para los discípulos que quieren seguir e imitar a Cristo, el servir a los hermanos ya no es una mera opción, sino parte esencial de su ser. Un servicio que no se mide por los criterios mundanos de lo inmediato, lo material y vistoso, sino porque hace presente el amor de Dios a todos los hombres y en todas sus dimensiones, y da testimonio de Él, incluso con los gestos más sencillos. Al proponer este nuevo modo de relacionarse en la comunidad, basado en la lógica del amor y del servicio. Y quisiera que este mensaje llegara sobre todo a los jóvenes: precisamente a vosotros, este contenido esencial del Evangelio os indica la vía para que, renunciando a un modo de pensar egoísta, de cortos alcances, como tantas veces os proponen, y asumiendo el de Jesús, podáis realizaros plenamente y ser semilla de esperanza.

martes, 9 de noviembre de 2010

OS ESPERO EN MADRID


Muchísimas gracias. Desearía que estas breves palabras pudieran condensar los sentimientos de gratitud que albergo en mi interior al concluir mi visita a Santiago de Compostela y a Barcelona. Muchísimas gracias, Majestades, por haber querido estar aquí presentes. Agradezco las amables palabras que Vuestra Majestad ha tenido la gentileza de dirigirme y que son expresión del afecto de este noble pueblo hacia el Sucesor de Pedro. Asimismo, quiero manifestar mi cordial agradecimiento a las Autoridades que nos acompañan, a los Señores Arzobispos de Santiago de Compostela y de Barcelona, al Episcopado español y a tantas personas que, sin ahorrar sacrificios, han colaborado para que este viaje culmine felizmente. Agradezco vivamente a todos las continuas y delicadas atenciones que han tenido en estos días con el Papa, y que ponen de relieve el carácter hospitalario y acogedor de las gentes de estas tierras, tan cercanas a mi corazón.
En Compostela he querido unirme como un peregrino más a tantas personas de España, de Europa y de otros lugares del mundo, que llegan a la tumba del Apóstol para fortalecer su fe y recibir el perdón y la paz. Como Sucesor de Pedro, he venido además para confirmar a mis hermanos en la fe. Esa fe que en los albores del cristianismo llegó a estas tierras y se enraizó tan profundamente que ha ido forjando el espíritu, las costumbres, el arte y la idiosincrasia de sus gentes. Preservar y fomentar ese rico patrimonio espiritual, no sólo manifiesta el amor de un País hacia su historia y su cultura, sino que es también una vía privilegiada para transmitir a las jóvenes generaciones aquellos valores fundamentales tan necesarios para edificar un futuro de convivencia armónica y solidaria.
Los caminos que atravesaban Europa para llegar a Santiago eran muy diversos entre sí, cada uno con su lengua y sus particularidades, pero la fe era la misma. Había un lenguaje común, el Evangelio de Cristo. En cualquier lugar, el peregrino podía sentirse como en casa. Más allá de las diferencias nacionales, se sabía miembro de una gran familia, a la que pertenecían los demás peregrinos y habitantes que encontraba a su paso. Que esa fe alcance nuevo vigor en este Continente, y se convierta en fuente de inspiración, que haga crecer la solidaridad y el servicio a todos, especialmente a los grupos humanos y a las naciones más necesitadas.
En catalán:
A Barcelona, he tingut el gran goig de dedicar la Basílica de la Sagrada Família, que Gaudí va concebre com una lloança en pedra a Déu, i he visitat també una significativa institució eclesial de caràcter benèfico-social. Són com dos símbols en la Barcelona d’avui de la fecunditat d’aquesta mateixa fe, que va marcar també les entranyes d’aquest poble i que, a través de la caritat i de la bellesa del misteri de Déu, contribueix a crear una societat més digna de l’home. En efecte, la bellesa, la santedat i l’amor de Déu porten l’home a viure en el món amb esperança.
[En Barcelona, he tenido la inmensa alegría de dedicar la Basílica de la Sagrada Familia, que Gaudí concibió como una alabanza en piedra a Dios, y he visitado también una significativa institución eclesial de carácter benéfico-social. Son como dos símbolos en la Barcelona de hoy de la fecundidad de esa misma fe, que marcó también las entrañas de este pueblo y que, a través de la caridad y de la belleza del misterio de Dios, contribuye a crear una sociedad más digna del hombre. En efecto, la belleza, la santidad y el amor de Dios llevan al hombre a vivir en el mundo con esperanza.]
Regreso a Roma habiendo estado sólo en dos lugares de vuestra hermosa geografía. Sin embargo, con la oración y el pensamiento, he deseado abrazar a todos los españoles, sin excepción alguna, y a tantos otros que viven entre vosotros, sin haber nacido aquí. Llevo a todos en mi corazón y por todos rezo, en particular por los que sufren, y los pongo bajo el amparo materno de María Santísima, tan venerada e invocada en Galicia, en Cataluña y en los demás pueblos de España.
A Ella le pido también que os alcance del Altísimo copiosos dones celestiales, que os ayuden a vivir como una sola familia, guiados por la luz de la fe. Os bendigo en el nombre del Señor. Con su ayuda, nos veremos en Madrid, el año próximo, para celebrar la Jornada Mundial de la Juventud. Adiós.