martes, 26 de enero de 2010

¡Dame de Beber Señor ! oremos con Sta Teresa de Jesús

1.¡Oh piadoso y amoroso Señor de mi alma! También decís Vos: Venid a mí todos los que tenéis sed, que yo os daré a beber. Pues ¿cómo puede dejar de tener gran sed el que se está ardiendo en vivas llamas en las codicias de estas cosas miserables de la tierra? Hay grandísima necesidad de agua para que en ella no se acabe de consumir. Ya sé yo, Señor mío, de vuestra bondad que se lo daréis; Vos mismo lo decís; no pueden faltar vuestras palabras. Pues si de acostumbrados a vivir en este fuego y de criados en él, ya no lo sienten ni atinan de desatinados a ver su gran necesidad, ¿qué remedio, Dios mío? Vos vinisteis al mundo para remediar tan grandes necesidades como éstas. Comenzad, Señor; en las cosas más dificultosas se ha de mostrar vuestra piedad. Mirad, Dios mío,que van ganando mucho vuestros enemigos. Habed piedad de los que no la tienen de sí; ya que su desventura los tiene puestos en estado que no quieren venir a Vos, venid Vos a ellos, Dios mío. Yo os lo pido en su nombre, y sé que, como se entiendan y tornen ensí, y comiencen a gustar de Vos, resucitarán estos muertos
.2. ¡Oh Vida, que la dais a todos! No me neguéis a mí esta agua dulcísima que prometéis a los que la quieren. Yo la quiero, Señor, y la pido, y vengo a Vos. No os escondáis, Señor, de mí, pues sabéis mi necesidad y que es verdadera medicina del alma llagada por Vos. ¡Oh Señor, qué de maneras de fuegos hay en esta vida! ¡Oh, con cuánta razón se ha de vivir con temor! ¡Unos consumen el alma, otros la purifican para que viva para siempre gozando de Vos. ¡Oh fuentes vivas de las llagas de mi Dios, cómo manaréis siempre con gran abundancia para nuestro mantenimiento y qué seguro irá por los peligros de esta miserable vida el que procurare sustentarse de este divino licor!

Teresa de Jesús, Exclamación 9.

domingo, 24 de enero de 2010

Pensamiento del Día

«¡Oh, mi suave descanso de los amadores de mi Dios! No faltéis a quien os ama, pues por Vos ha de crecer y mitigarse el tormento que causa el Amado al alma que le desea. Deseo yo, Señor, contentaros; mas mi contento bien sé que no está en ninguno de los mortales. Siendo esto así, no culparéis a mi deseo. Véisme aquí, Señor; si es necesario vivir para haceros algún servicio, no rehuso todos cuantos trabajos en la tierra me puedan venir, como decía vuestro amador San Martín.» ( Teresa de Jesús,Exclamación 15,2)

miércoles, 20 de enero de 2010

Oremos con Sta.Teresa de Jesús

Decís Vos: Venid a mí todos los que trabajáis y estáis cargados, que yo os consolaré. ¿Qué más queremos, Señor? ¿Qué pedimos? ¿Qué buscamos? ¿Por qué están los del mundo perdidos, sino por buscar descanso? ¡Válgame Dios, oh, válgame Dios! ¿Qué es esto, Señor? ¡Oh, qué lástima! ¡Oh, qué gran ceguedad, que le busquemos en lo que es imposible hallarle! Habed piedad, Criador, de estas vuestras criaturas. Mirad que no nos entendemos, ni sabemos lo que deseamos, ni atinamos lo que pedimos. Dadnos, Señor, luz; mirad que es más menester que al ciego que lo era de su nacimiento, que éste deseaba ver la luz y no podía. Ahora, Señor, no se quiere ver. ¡Oh, qué mal tan incurable! Aquí, Dios mío, se ha de mostrar vuestro poder, aquí vuestra misericordia.¡Oh, qué recia cosa os pido, verdadero Dios mío, que queráis a quien no os quiere, que abráis a quien no os llama, que deis salud a quien gusta de estar enfermo y anda procurando la enfermedad! Vos decís, Señor mío, que venís a buscar los pecadores; éstos, Señor, son los verdaderos pecadores.
No miréis nuestra ceguedad, mi Dios, sino a la mucha sangre que derramó vuestro Hijo por nosotros. Resplandezca vuestra misericordia en tan crecida maldad; mirad, Señor, que somos hechura vuestra. Válganos vuestra bondad y misericordia.
Teresa de Jesús, Exclamación 8

sábado, 2 de enero de 2010