miércoles, 12 de noviembre de 2014

PORQUÉ ORAMOS?

Oramos, o debemos orar al Señor, en los triunfos y fracasos. Somos más amigos de orar en la dificultad que en la alegría, en los momentos que el zapato aprieta, que en los momentos en que sonríe la suerte, en los triunfos, que en la adversidad. Sin embargo, es más difícil orar desde la noche. Por esta razón presento estas reflexiones para que éstas ayuden a orar desde la adversidad, desde la enfermedad, desde el atardecer de la vida, desde el sufrimiento, desde la guerra o violencia, desde la noche y desde la alegría.
         El ser humano se siente, a veces, como Job, deprimido y roto en el alma y en el cuerpo. El sufrimiento, el dolor, cualquier tipo de cruz, en determinadas ocasiones nubla y oscurece la fe. 
En estos momentos hay que doblar la rodilla, levantar la mirada y el corazón hacia el cielo. El creyente, aunque no sienta y no perciba a Dios en el momento de la noche, no pierde la fe en su presencia y en su bondad.
         Es bueno, también, acostumbrarse a orar desde la alegría y desde la fiesta. Es mejor, todavía, creer en el Dios de la alegría, en el poder de su sonrisa. Son dichosos aquellos que, en todo momento, sonríen a Dios y a la vida. 
Orar desde la adversidad 
Un rayó cayó en un frutal y rompió la mayor parte de las ramas. Sin embargo, una de ellas quedaba sujeta al tronco por unas pocas fibras y por la corteza, gracias a lo cual daba todavía frutos.
         La adversidad, el sufrimiento,  forma parte de nuestra existencia. Una infinita gama de  dolor,  de sufrimiento acosan al ser humano. El mal, el sufrimiento, no entraba en los planes de Dios,  el pecado nos lo trajo y desde entonces se pasea entre nosotros. Para el cristiano la enfermedad, el dolor, tiene que ser una  escuela de santificación, “signo de predilección divina”, oportunidad de crecimiento.
         “¿Puede engendrar felicidad la adversidad?”, pregunta José Luis Martín Descalzo. Él mismo da esta respuesta: “Puede engendrar, al menos, muchas cosas: Hondura de alma, plenitud de condición humana, nuevos caminos para descubrir más luz, para acercarnos a Dios. Por eso no hay que tenerle miedo al dolor. Lo mismo que no le tenemos miedo a la noche. Sabemos que el sol sigue saliendo aunque no lo veamos. Sabemos que volverá. Dios no desaparece cuando sufrimos. Esta ahí, de otro modo, como está el sol, cuando se ha ido de nuestros ojos”.

domingo, 9 de noviembre de 2014

Orar es estar en silencio ante Dios para escuchar su Amor

El orante sabe que para estar ante Dios tiene que apartarse del ruido, del ajetreo, de la prisa y de los nervios. El clima de silencio es muy necesario para desarrollar la actividad del espíritu. Dejar la ausencia para entrar en la Presencia de Aquel que sabemos nos ama. 
Pero no basta con buscar el lugar.  Puede uno hacer silencio exterior y sin embargo llevar dentro el oleaje del mar. Acallar los ruidos interiores para escuchar el callado Amor. 
Cuando vamos a orar, expresamos ante Dios esa pregunta que llevamos clavada dentro, esa inquietud que nos duele, esos cuatro deseos que descubrimos a flor de piel. ¿Basta con expresar todo eso para orar?  No. Puede ser el primer paso, pero lo más importante es escuchar a Dios que tiene una palabra viva para decirnos. 
Dios es un misterio de amor que quiere desvelarse y darse a conocer a los que le buscan. Estar en silencio es estar ante Dios, es permanecer abierto a Él a pesar de todo, es vivir escuchando la vida que tiene mil lenguajes pero a la vez, poniéndonos a la escucha de quien tiene la última palabra.
 San Juan Damasceno dice que orar es ofrecer a Dios nuestro corazón. Es como quedarse dormidos ante Dios. Estar en silencio es estar ante Dios.  San Juan de la Cruz habla del “sueño de las potencias”. Orar no consiste en cansar el entendimiento pensando sobre Dios sino en dejar que nuestro corazón repose en Dios. 
El salmo 61 lo expone también de una forma muy bella: 'Descansa sólo en Dios alma mía'. Cuando el peso de nuestra debilidad nos oprime, orar equivale a sumergirse de lleno en el océano del Amor de Dios. 
Cuando confesamos: “Señor, no sé orar, enséñame tú a orar”, nuestra oración deja de ser esfuerzo humano para convertirse en obra de Dios. 
Cuando gemimos: “Señor, no sé amar, enséñanos tú a amar”, el amor del mismo Dios comienza a actuar en nuestro corazón.

jueves, 6 de noviembre de 2014

domingo, 2 de noviembre de 2014

Cuando el Corazón se siente Amado


Mi convencimiento,como cristiana,es que la oración es Vital para poder ser coherente con mi vida de Fe y con el seguimiento de Cristo es conocerme y saber que ÉL me ama y me quiere.
Mi modo de orar es de lo más sencillo y confiado en quién se que me ama,y que me espera,y me acoge,y que me da luz,y que me fortalece cada día.
Quiero que diariamente tengamos nuestro encuentro de amistad en la celebración de la Santa Misa(Escucha la palabra de Dios-Participación en el Cuerpo y la Sangre del Señor),y que su presencia sea la del amigo,esposo,padre y confidente que me acompaña y da sentido a mi vida y a mí quehacer cotidiano.
Me alegro,por eso,en lo que son mis labores de casa de cada día,compartiendo la misa de mediodía con mis hijas,mi yerno y mis nietos,en la alegría de la familia y sabiendo que queriéndonos y ayudándonos nos hacemos felices.Por mi parte,les ayudo a llevar acabo con mayor dedicación su trabajo,sus estudios y sus tareas en lo que es un día normal.
Tampoco me falta mi tiempo diario de visita al Santísimo,donde se hace realidad el amor constante y sacrificado de quién ha muerto por mí y se ha quedado para dar sentido a mi soledad,que podría ser una fuente de angustia,pero que no lo es,porque no permito sentirme sola en ningún momento del día,ni de la noche,porque "Sólo Él me hace dormir tranquila y en Paz".
María la Madre de Dios  y mi Madre,es la que me susurra al corazón cómo se sintió amada por sus hijo y cómo Ella correspondió gozosa a su amor.La alabanza a Jesús,por medio del recuerdo de sus misterios en la oración del Santo Rosario con María, es mi manera de acompañar a Cristo en su camino por este mundo.
Tengo el enorme regalo de Dios de poder compartir mi vida cristiana con una fenomenal grupo de personas,que nos hemos encontrado en la vida con los mismos deseos y las ansias más sinceras de ayudarnos en la vivencia de nuestra fe en la amistad y en el pequeño quehacer de voluntariado apostólico.
El último sábado de cada mes nos retiramos todo el día en un monasterio para compartir nuestra vida nuestro trabajo,además de nuestro compromiso cristiano,con Él que nos llamó a ser felices y ayudar a ser felices a los demás."No queremos y nos amamos en el Señor", "Sabemos,podemos y queremos",Un lema vital ,de esperanza,optimista e impactante nos lo recuerda siempre; "VIVIR,AMAR,SERVIR,"Amor a la vida,amar siempre en todo y a todos,entrega de mi vida a los demás".VALE LA PENA.
ARACELI.
(REVISTA ORAR........ EDITORIAL MONTE CARMELO) 



sábado, 1 de noviembre de 2014

¡Gracias por Enseñarnos!




La novedad y verdad en la oración la pone el Espíritu.Que su querer contagie nuestro querer,su fuego de amor encienda el nuestro.
La oración es lugar privilegiado para ver verdades y orientar nuestra mirada hacia Jesús.La verdad más decisiva es saber que Dios nos ama,que nos espera.¡Qué bueno es regalarnos tiempos largos para estar con quién sabemos nos ama!.Es una aventura Fascinante el Intentarlo.
(P.Pedro Tomás Navajas... leer el articuló en la Revista orar.....)





CALUROSA ACOGIDA EN PARAGUAY


blog 5 camino de luz

peregrinación mundial, Camino de Luz recibió una calurosa acogida a su llegada a Paraguay. Amaya nos relata el recibimiento y la hospitalidad de los paraguayos en nuevo post del blog de Camino de Luz que en esta ocasión lleva por título “El Calor del Carmelo”.
Si quieres seguir el relato de los peregrinos que acompañan al bastón de Santa Teresa por los cinco continentes ya puedes descubrir un nuevo capítulo cargado de color y calor.

domingo, 15 de junio de 2014

Si Vivo en Plenitud mi Vida ....



Si vivo en plenitud mi vida de carmelita,tengo el consuelo de estar gastándome por ÉL, y solo por Él.Entonces ¿qué importa la ocupación que Él quiera encomendarme?
Si está siempre conmigo,la oración el dialogo cordial,no debe acabarse nunca.
Lo siento tan vivo en mi alma,que no tengo más que recogerme para encontrarlo dentro de mí...Y esto me hace totalmente Feliz....(C 169) 
(Beata Sor Isabel de la Trinidad)