Haz cada día tu obra,trabaja hoy en la tarea que el dedo de la providencia te señala,y nada turbe tu paz interior,ni la serenidad profunda de tu espíritu.
Lo demás,lo de ayer,no te inquiete.
Es Dios,el Señor del tiempo y de la eternidad,el que recoge lo pasado,o dispone lo venidero.
A ti te basta el andar de cada día.
Esos pasos de hoy,camínalos con energía fecunda pero sin prisa y en sosiego del alma.
No te turbe la comezón del resultado,ni te averguence la humillación del fracaso.
Porque el éxito lo llevas en ti mismo, en tu seguridad providencial en Dios,confía .Cultiva amorosamente el jardín,al son de tus canciones.Sufre,calla y espera.Un día se abrirán tus rosas.
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