martes, 20 de abril de 2010

Cristo llama a cada Bautizado....


Cristo llama a cada bautizado a ser su apóstol en el propio ambiente de vida y en todo el mundo: "Como el Padre me envió, también yo os envío" (Jn 20,21).
Cristo, a través de su Iglesia, os confía la misión fundamental de comunicar a los demás el don de la salvación y os invita a participar en la construcción de su Reino. Os elige a pesar de los límites que cada uno tiene, porque os ama y cree en vosotros. Este amor de Cristo, incondicional, debe ser el alma de vuestro apostolado, según las palabras de san Pablo: "el amor de Cristo nos apremia" (2 Co 5, 14).
Ser discípulos de Cristo no es algo privado. Al contrario, el don de la fe hay que compartirlo con los demás. Por eso, el mismo Apóstol escribe: "Predicar el Evangelio no es para mí ningún motivo de gloria; es más bien un deber que me incumbe. Y ¡ay de mí si no predicara el Evangelio!" (1 Co 9, 16). No olvidéis, además, que la fe se fortalece y crece cuando se comunica a los demás (cf. Redemptoris missio, 2).
La Iglesia de Cristo es una realidad atractiva y maravillosa. Es antigua, porque tiene casi dos mil años, pero al mismo tiempo, gracias al Espíritu Santo que la anima, es eternamente joven.La Iglesia es joven porque su mensaje de salvación es siempre actual. Es por esto que existe un diálogo muy importante entre la Iglesia y los jóvenes:«La Iglesia tiene tantas cosas que decir a los jóvenes, los jóvenes tienen tantas cosas que decir a la Iglesia. Este reciproco dialogo, –que se ha de llevar a cabo con gran cordialidad, claridad y valentía–... será fuente de riqueza y de juventud para la Iglesia...».

No hay comentarios: