viernes, 23 de mayo de 2008

Nuestra semejanza con Dios


Dios, Padre bueno
enséñame amar a las personas como ellas son
y no como yo quisiera
que fueran:
que no juzgue a los demás
por apariencias, sino
por la verdad escondida en sus corazones;
que no caiga en el orgullo ni en el triunfalismo
ni tampoco en el fracaso,
ni en la desesperación,
Sino que sepa ver en la adversidad el camino
que precede al triunfo,
que cuando me lleguen el éxito y la fortuna,
no pierda la humildad
y la sencillez que allí me llevarón;
que cuando me enfrente a los problemas de la vida,
sepa presentarme siempre la cara alegre de quien está
dispuesto a empezar cada día.
Confiéreme,Señor
entendimiento para conocerte,
diligencia para buscarte;
Sabiduria para encontrarte y una libertad para finalmente abrazarte.
(S.Tomás de Aquino)

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